Estados Unidos
Shondale Tooka Gregory tenía sólo 15 años cuando lo asesinaron. Los agresores le dispararon mientras esperaba el autobús en una calle al sur de Chicago. Se cree que aquel día y aquella muerte llevaron a una adolescente a convertirse en una de las asesinas más temidas de la historia de Illinois.
Gakirah Barnes y Shondale Tooka eran grandes amigos. Nacida en 1996, Barnes había crecido junto al resto de su banda en Woodlawn, un vecindario al sur de la ciudad. La pandilla se hacía llamar St. Lawrence Boys o Fly Boy Gang.
El día que asesinaron a Tooka a sangre fría en la parada de autobús, Barnes tenía 13 años. Perder a su amigo incondicional le impactó y dicen, la sumió en una oscuridad que la transformó en una brutal homicida.
Pero si la muerte de su amigo ya la había alterado, todo empeoró aún más cuando comenzó a circular en redes sociales una imagen del funeral de Tooka Gregory. Algún troll decidió editar la fotografía y decorar el ataúd de Tooka con múltiples rollos de papel higiénico.
En resumen, esta imagen hizo que estallara un conflicto entre bandas, explicó Lee Caldwell, del Equipo de Seguridad de Bandas de Chicago.
Shondale Tooka Gregory tenía sólo 15 años cuando lo asesinaron. Los agresores le dispararon mientras esperaba el autobús en una calle al sur de Chicago. Se cree que aquel día y aquella muerte llevaron a una adolescente a convertirse en una de las asesinas más temidas de la historia de Illinois.
Gakirah Barnes y Shondale Tooka eran grandes amigos. Nacida en 1996, Barnes había crecido junto al resto de su banda en Woodlawn, un vecindario al sur de la ciudad. La pandilla se hacía llamar St. Lawrence Boys o Fly Boy Gang.
El día que asesinaron a Tooka a sangre fría en la parada de autobús, Barnes tenía 13 años. Perder a su amigo incondicional le impactó y dicen, la sumió en una oscuridad que la transformó en una brutal homicida.
Pero si la muerte de su amigo ya la había alterado, todo empeoró aún más cuando comenzó a circular en redes sociales una imagen del funeral de Tooka Gregory. Algún troll decidió editar la fotografía y decorar el ataúd de Tooka con múltiples rollos de papel higiénico.
En resumen, esta imagen hizo que estallara un conflicto entre bandas, explicó Lee Caldwell, del Equipo de Seguridad de Bandas de Chicago.
Ocho meses después de que apareciera en Internet aquella publicación editada, Odee Perry, un integrante de una pandilla rival, fue asesinado. Y el crimen fue atribuido a una chica de 14 años. En concreto, a la mejor amiga de Tooka Gregory: Gakirah Barnes.
Esto le dio una enorme reputación como asesina. Si eres adolescente en una pandilla de Chicago y matas a alguien, tu estatus se dispara.
En realidad, nunca se confirmó si la adolescente fue la persona que apretó el gatillo, pero el rumor se propagó como la pólvora. A sus 14 años, Barnes había asesinado a un miembro de una banda rival. Sus seguidores en Twitter se multiplicaron, y pronto, comenzó a aparecer en sus vídeos rapeando y apuntando a cámara con una pistola. El nombre de Barnes se desvaneció, y todos al sur de Chicago comenzaron a conocerla como The Hitta.
Las redes sociales no tardaron en encontrar al culpable: The Hitta, aunque la policía nunca la señaló como sospechosa del asesinato. Un día después, Barnes escribió un mensaje en Twitter.
No eres nadie hasta que alguien te mata, esa es la p**a verdad, escribió.
Hasta su muerte en 2014, se le atribuyeron a The Hitta un total de 20 asesinatos. Ese año, cuando volvía a casa de un amigo en Wooldwan, le dispararon en el pecho, el cuello y la mandíbula. Tenía 17 años. Ahora, el documental Secret Life of a Gang Girl en el canal de televisión A&E cuenta su historia.
Andaba esta niña, diabólica y monstruosa, matando gente y hablando sobre ello online, explicó en el documental el profesor Desmond Patton, que estudió la presencia online de Barnes. Ella casi no parecía real.
Pero no para todo el mundo la adolescente era una niña diabólica. Su madre, Shontell Brown, dijo que a pesar de su reputación, lo único que su hija buscaba era proteger a todo el mundo. Quería ser trabajadora social, contó. El periodista Frank Main, que conoce de cerca cómo interactúan las bandas de la ciudad más poblada de Illinois, opinó, sin embargo, que lo que Barnes perseguía era honor y respeto.
Sus amigos comenzaron a recibir disparos y ella fue absorbida por la vida de las pandillas y se dio cuenta de que allí es donde obtendría el respeto, el honor y la calidez que otros obtienen jugando al baloncesto, al ajedrez o algo así en la escuela secundaria, explicó el periodista.
La noticia de que Gakirah, la pandillera asesina había caído, fue enorme. Se pensaba que era uno de los tiradores más notorios del vecindario. Y era una chica.
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